4 comentarios:

Lcda. Contreras S. dijo...

Este libro nos muestra como los paises latinoamericanos descrito en una serie de paradigmas y desarrollados en cada uno de los capitulos, nos deja mucho que analizar e interpretar de cada uno de los paises que ahí se discuten, los aspectos más importantes podrian ser un desarrollo ecónomico sustentable para poder cubrir las necesidades de la población para que este pueda cumplir los proyectos propuestos.
Los paradigmas que da el autor muestra como unos paise comparados con otros han salido de la crisis política, economica, productiva.

Argentina es el paradigma de cómo un país sigue el camino exactamente inverso del marco ideal: de medianamente desarrollado, rico, productivo y dominante en el comercio internacional; a un país sub-desarrollado, pobre y endeudado, improductivo y dependiente. De antología es el insulto que le propicia el presidente Kirchner a Oppenheimer, demostrando una inmensa ignorancia en economía y hasta en cultura general.

El “caso Venezuela” es patético. Es el paradigma de un país rico que no ha sabido invertir su riqueza para el desarrollo, y peor aún que debido a la acción de sus “elites” oportunistas se ha envilecido, eligiendo como presidente de la república a un militar felón, símbolo de la barbarie, que ha destruido toda la institucionalidad del Estado y embarcado el país en un camino de atraso y empobrecimiento inimaginable en este país. Para Oppenheimer el régimen chavista no es más que una autocracia socialista-narcisista.

LAURY LISETH dijo...

COMENTARIO POR: LAURY CALDERON

CUENTOS CHINOS.

El celebre periodista argentino, Andrés Oppenheimer, acaba de publicar última obra de periodismo investigativo “Cuentos Chinos” (Plaza & Yánez, 2005).


Me pareció bastante objetivo su apoyo en las cifras y no solamente el alabar lo bueno de cada economía en creces, su conclusión es simple: La apertura económica y la estabilidad, (llámese paz), contribuye en gran medida al desarrollo de los pueblos, es decir, a más apertura, más probabilidades de una mejor calidad de vida. Cita ejemplos también de Europa del Este y de aquicito nomás (Chile), pronosticando su auge como potencias del siglo XXI, cosa que deberían tomar en cuenta ciertos candidatos a la hora de elaborar sus planes de gobierno. ¿soberanía? ¿intromisión extranjera? o te subes al tren de la globalización donde no hay límites geográficos o te quedas.

Perú, para variar, no sale bien parado, sus constantes vaivenes políticos y su nula influencia sobre sudamérica es más que suficiente para aparecer mencionado en poquísimos pasajes del libro, incluso Venezuela, convertida ahora en un factor de desestabilización gracias a su petropresidente Chavez, tiene dedicado todo un capítulo, como ejemplo de lo que no se debe hacer, aumento de pobreza reconocida a regañadientes por el comandante y la clásica culpa al imperialismo yanqui, chivo expiatorio de sus pésimas políticas y asedio constante a todo quien se le interponga, guarda Ollanta!!!!!

No queda en lo didáctico, es también muy rico en anécdotas que lo hacen más entretenido y digerible, sobre todo por el mensaje que América Latina no tiene ningún futuro si no "se pone las pilas", altamente recomendable como referente para el estado actual de la política mundial y binoculares para apreciar el futuro, que es de quienes apuestan por entrar al tren de la globalización.

Lo bueno: Su apoyo en cifras lo hace creible muy aparte de su reputación como periodista objetivo.
Lo malo: No presenta un liberalismo con rostro humano, a veces se siente el mensaje: "Ricos y poderosos, inviertan o los pobres les quitarán todo".
El “caso Venezuela” es patético. Es el paradigma de un país rico que no ha sabido invertir su riqueza para el desarrollo, y peor aún que debido a la acción de sus “elites” oportunistas se ha envilecido, eligiendo como presidente de la república a un militar felón, símbolo de la barbarie, que ha destruido toda la institucionalidad del Estado y embarcado el país en un camino de atraso y empobrecimiento inimaginable en este país. Para Oppenheimer el régimen chavista no es más que una autocracia socialista-narcisista.

Felicito al grupo por la excelente exposición, de ella aprendimos las situaciones que atraviesan los demás país y en especial el nuestro que cada día se hunde mas debido a la inseguridad, la inflación, la salud, la pobreza, entre otros elementos que son de mucha importancia para la sociedad.

Ortega Marbella y Peña Liset dijo...

muy buena la exposiscion y todo lo que nos transmitieron al grupo acerca de este libro; las comparaciones y las situacones de otros paises de latinoamerica y europa. no es de alarmarse la opinion que tienen sobre Venezuela, es una lastima que ésta sea la realidad; sin embargo creo que aun quedan esperanzas para surgir y crecer como pais; debemos tener criterio y juicio de valor; muchas gracias por el aporte. es realmente valiosos para todos los que presenciaron su intervencion.
sin embargo como pais y como sistema todo influye unos en otros, como un engranaje, es por eso que las politicas deben ser aplicadas a la realidad, sobre todo las politicas monetarias en cuanto a Venezuela.

muchas gracias por su presentacion.

ortega marbella

Judith Castillo, Zoilo Moreno y Yurubi Perez dijo...

Este libro es espectacular! aqui Andrés Oppenheimer cuadra a Hugo Chávez

El periodista Andrés Oppenheimer decidió hacer un pare mediático a Hugo Chávez y le dijo unas cuantas verdades en su coliumna dominical del El Nuevo Herald. El presidente venezolano, las últimas semanas estuvo burlándos en repetidas oportunidades del periodista hispano, considerado uno de los de mayor influencia en Estados Unidos, posiblemente envalentonado por la complacencia con que lo trató la ABC en una entrevista sostenida con Barbara Walters. Aquí la columna.

Confesiones de un "sesudo analista''

¡Lo confieso! Después de más de un año de estar calificando al presidente venezolano Hugo Chávez de ''narcisista leninista'' en mis columnas, no pude evitar sentir una cierta inflamación de mi ego cuando Chávez mencionó mi nombre seis veces- es cierto, en forma nada halagueña- en su programa radial y televisivo esta semana.
Efectivamente, en su programa diario Aló Presidente del 13 de marzo, Chávez se refirió irónicamente a los ''grandes intelectuales'' y ''sesudos analistas'' que escribieron sobre la gira del presidente Bush a cinco países latinoamericanos, y la contragira ''anti Bush'' de Chávez.
Chávez leyó al aire una buena parte de mi columna del domingo 11 de marzo, titulada Los tropiezos de Bush en la región, diciendo que era de ''otro derechista más que escribe mucho contra nosotros, que es Oppenheimer, Andrés Oppenheimer''. (Gracioso, porque dejé mi Argentina natal huyendo de una dictadura de derecha, me he pasado los últimos años pegándole a Bush, y la mayoría de mis lectores en los periódicos que me publican en Estados Unidos me acusan de estar demasiado volcado a la izquierda).
'Esta es otra corriente ideológica nueva ahora que inventó Oppenheimer, `narcisista leninista,' tribilinista [risa] Yo si gozo, vale. Estos me hacen gozar'', dijo Chávez.
Chávez leyó los primeros párrafos de mi columna, en que yo afirmaba que Bush había empezado mal su gira por América Latina, luego de que el Departamento de Estado, en un increíble despliegue de mal juicio, había publicado su reporte anual sobre violaciones a los derechos humanos alrededor del mundo.
Pero, manipulando la información, Chávez se brincó los siguientes párrafos, diciendo que eran comentarios ''que no vienen al caso''. De hecho, los párrafos que Chávez no leyó decían que el reporte del Departamento de Estado es visto como un ejercicio de arrogancia política de parte del país que torturó prisioneros en Abu Ghraib y denegó derechos a los prisioneros en Guantánamo, un comentario que obviamente hubiera debilitado la aseveración de Chávez de que sólo hablo mal de Venezuela, y no de Washington.
¿Mi reacción? No, presidente Chávez, no soy un ''derechista''. Por el contrario, soy una persona a quien no le gustan los militares que hacen golpes de Estado, como el que usted hizo en 1992, y menos los militares retirados que, una vez electos presidentes, realizan desfiles militares para festejar sus intentonas golpistas, como usted lo acaba de hacer el mes pasado.
Más aún, como periodista, no me gustan los presidentes que cierran canales de televisión, como usted lo está haciendo ahora con RCTV, ni los que usan las emisoras estatales hasta 40 horas a la semana para hablarle al país, como según la agencia Reuters ocurre en Venezuela.
No me gustan los presidentes que les impiden la entrada a sus países a observadores de derechos humanos, como usted acaba de hacer con la Comisión de Derechos Humanos de la Organizacion de Estados Americanos.
No simpatizo con jefes de Estado que le dan una bienvenida de alfombra roja a un fascista como el presidente de Irán, que niega la existencia del holocausto. Ni admiro a presidentes que glorifican a Cuba, una dictadura decrépita que desde hace casi 50 años no permite elecciones libres, ni una prensa independiente, ni el derecho a que la gente viaje cuando y donde quiera.
No aplaudo a los presidentes con Congresos incondicionales, que se hacen dar ''poderes especiales'' para poder actuar sin rendición de cuentas, como acaba de ocurrir en Venezuela. Ni tampoco admiro que un presidente despilfarre el mayor ingreso petrolero de la historia de su país para promocionarse a sí mismo en el exterior, comprar armas, y otorgar subsidios en efectivo, en lugar de modernizar a su país y crear la base para un crecimiento a largo plazo para cuando caigan los precios del petróleo.
De manera que, con todo respeto, quisiera plantearle las siguientes preguntas: si usted es tan democrático, ¿Por qué glorifica los golpes militares? Si usted es tan progresista, ¿Por que les retira las licencias a las estaciones de televisión independientes? Si su héroe Fidel Castro es tan querido en Cuba, ¿por qué no se anima a permitir una elección libre? Y si usted respeta los derechos humanos, ¿por que no permite que los observadores de la OEA visiten a Venezuela?
Y, finalmente, si usted está tan convencido de todo lo que dice, ¿por que sólo acepta entrevistas con reporteros que no hacen preguntas difíciles? (Algo que, por cierto, comparte usted con Bush). La última vez que nos vimos, en una cumbre latinoamericana, le solicité respetuosamente una entrevista, y usted me mandó al infierno. ¿Por qué no contestarme todas esas preguntas en persona? Tendríamos una gran audiencia, perfecta para un ''narcisista leninista'' y un aspirante a "sesudo analista''.

Por Andrés Oppenheimer
Publicado en El Nuevo Herald (18.03.2007)